Ayyy cómo echo de menos los conciertos. Hace unos años no me perdía ni uno, ¡quien me ha visto y quién me ve! Y os preguntareis a cuento de que me pongo melancólica recordando mis años mozos en los que asistía a estos eventos musicales. Pues porque si hay algo que no cambia es la ronquera o la afonía con la que nos levantamos al día siguiente. Y es que cantar a gritos las letras de nuestras canciones …