Hola chic@s, ¿cómo va todo?
Si hay algo que no entiende de época del año es el resfriado. Da igual si es invierno o primavera, siempre es fácil contraerlo. Yo me suelo resfriar una media de 2 o 3 veces al año, así que me sé todos los trucos para combatirlo.
Para recuperarse lo antes posible el mejor consejo que te puedo dar es descansar. ¡Aprovecha para estar un par de días sin salir de la cama!
¡Pero no todo va a ser dormir como un lirón! Para tratar el resfriado existen otros remedios caseros que te ayudarán a acabar poco a poco con sus síntomas, algunos de ellos ya os los mencioné cuando os hablé de la gripe.
La miel y el limón son el tándem perfecto para el resfriado. Pon agua en un cazo y añade un par de rodajas de limón. Déjalo hervir durante 10 – 15 minutos hasta que tenga el aspecto de una infusión y cuela la mezcla. Por último, añade unas cucharaditas de miel. Otros tipos de infusiones para estos casos son la de jengibre (a la que puedes añadirle miel y limón) y la de ajo.
El modo de preparación es idéntico al anterior. Sólo tenéis que hervir unos trocitos de jengibre o de ajo (dependiendo de la infusión que queráis preparar) y colar el líquido antes de bebéroslo.
Las infusiones caseras puedes combinarlas con los zumos naturales. El que mejor resultado da en estos casos es el de naranja, por su alto contenido en vitamina C (podéis añadirle un poco de azúcar si el sabor os resulta demasiado amargo).
Por supuesto, aunque se trate de un resfriado común, siempre es aconsejable acudir primero al médico para que valore el estado de la enfermedad y considere si es necesario recetar algún medicamento.
Como os suelo decir muchas veces, si vosotros echáis mano de otros remedios naturales, ¡compartidlos conmigo para que los añada a mi repertorio!