Hola muchachos!

¡Abuela, qué ardor de estómago tuve anoche! Esto fue lo que me dijo mi nieta en cuanto entró por la puerta. ¿Quién no ha comido más de la cuenta en alguna ocasión y luego no podía pegar ojo? Ayyy si me hubiera llamado… le habría dado algunos buenos consejos para aliviar ese malestar que tenía, ¡Parece mentira que no sepa que la abuela tiene remedios para casi todo!

Una de las formas de combatir esa quemazón propia de los ardores de estómago es la patata. Sí jovenzuelos, ¡la patata! Pero no fritas o en tortilla sino cruda. No os asustéis que no hay que tomarla así al natural. 

Lo que debéis hacer es rallarla muy finita muy finita, exprimirla y rebajar el jugo con agua caliente. ¡Es muy importante que se tome recién preparado! ¡Nada de dejarlo reposar! Otro gran remedio es tomar carbón vegetal medicinal mezclado con agua después de las comidas o masticar copos de avena crudos.

Pero por supuesto, le he dicho a mi nieta que nada de comilonas ¡y menos antes de ir a dormir! Así que, durante unos días le he aconsejado que siga una dieta suave, que no abuse de la sal ni de los condimentos fuertes. ¡Y nada de repostería!

Ya le he dicho que estos días se venga a cenar a casa que ya me voy a encargar yo de que no se pase con la comida y si los ardores persisten le podré preparar algunos de los remedios que me enseñó mi madre. Recordad siempre que si los síntomas persisten debéis acudir a vuestro médico.

¡Un saludo!