Desde tiempos inmemoriales los dientes blancos han sido considerados un icono de belleza y buena salud, pero en la actualidad, su importancia ha trascendido estos aspectos y se ha convertido en un importante elemento de nuestra apariencia en el intercambio social.
A pesar de que existen muchos tipos de blanqueamientos dentales, no todos tienen la misma eficacia, por lo que es conveniente conocer las ventajas y desventajas de cada uno y debe ser el odontólogo quien aconseje el tratamiento que más se ajuste a las necesidades específicas de sus dientes.
El blanqueamiento dental es un proceso mediante el cual se blanquean dientes con decoloración del esmalte y la dentina. El color natural de los dientes depende fundamentalmente de dos características: del grosor del esmalte, que hace que sea más o menos traslúcido y del color de la dentina, que es el tejido que se encuentra debajo del esmalte. Ese color natural puede verse afectado por las manchas intrínsecas, o del interior del diente y por las manchas extrínsecas, o de la superficie exterior de los dientes.
Las manchas intrínsecas se producen dentro de la estructura dental, las causas principales de las manchas intrínsecas son: la edad, algún traumatismo en la pieza que provoque la degeneración del nervio, incluso el consumo de medicamentos como la Tetraciclina o exceso de flúor durante la formación de la dentición, pueden causar decoloración de los dientes. Estas manchas, al contrario de las extrínsecas, no pueden ser eliminadas por medios mecánicos, tienen que eliminarse por medios químicos: el blanqueamiento profesional y en los casos severos hay que recurrir a restauraciones profesionales como coronas o carillas.
Las manchas extrínsecas son las causadas por elementos externos como el café, el té, el tabaco….y aparecen sobre la superficie de los dientes. Generalmente estas manchas se eliminan con una limpieza profesional.
Todo tipo de personas en términos generales pueden beneficiarse del blanqueamiento dental, sin embargo existen algunos casos en los que el tratamiento puede no ser efectivo. El Odontólogo es el que puede determinar quien es un candidato adecuado para el proceso, mediante un examen y diagnóstico oral completo.
Las manchas oscuras en los dientes, como las causadas por medicamentos, pueden tardar más en responder al tratamiento. El grado de blancura conseguida varía de paciente a paciente, dependiendo de la estructura de los dientes, el número de aplicaciones y/o el tiempo durante el que se utiliza el sistema.
La investigación y los estudios clínicos indican que el blanqueamiento dental con Peróxido de Carbamida o Peróxido de Hidrógeno, bajo supervisión del odontólogo, es seguro para los dientes y encías.
Existen dos tipos de procedimientos de blanqueamiento: el que se lleva a cabo en el gabinete dental con o sin lámpara de luz y el tratamiento domiciliario que consiste en la utilización de unas férulas realizadas por el odontólogo tras la toma de unas impresiones de la boca del paciente en las que se aplicará el gel que se suministra en la clínica dental donde se darán las pautas necesarias para utilización del producto. El odontólogo es quien mejor puede aconsejar al paciente cual es el procedimiento más adecuado para su caso en concreto. Es aconsejable evitar sustancias como el café, té, tabaco durante la realización del tratamiento.
Ciertas personas pueden experimentar una mayor sensibilidad al frío, durante el tratamiento. Estos síntomas desaparecen al cabo de 1-3 días, una vez finalizado el tratamiento.
Tus dientes siempre estarán más blancos que antes del tratamiento, sin embargo, algunos pacientes pueden necesitar un retoque durante 1-2 días, una o dos veces al año, para mantener la tonalidad más blanca posible.
El mantenimiento del blanqueamiento conseguido en los tratamientos en clínica se consigue con el uso de pastas dentales blanqueadoras profesionales que previenen la formación de manchas y mantienen el resultado del blanqueamiento.