Los dientes sirven a los niños para masticar, para pronunciar con claridad y para mostrar su mejor sonrisa. Los padres desempeñan un papel fundamental en la salud dental de sus hijos.
Es importante despertar en el niño la motivación e interés por el cuidado de los dientes y está en manos de sus padres ser un buen ejemplo para ellos, tanto cuando se les enseña a cepillarse los dientes, como cuando se les lleva a una revisión al Odontólogo.
Los primeros dientes en aparecer suelen ser los cuatro incisivos, dos superiores y dos inferiores entre los seis meses y el año de edad. Alrededor de los tres años de edad la mayoría tiene ya la dentición completa entre dientes y molares con un total de 20 piezas de leche.
Aunque acabarán siendo reemplazados por las piezas permanentes, el cuidado adecuado de estos primeros dientes es muy importante. Al ocupar los dientes de leche los espacios que ocuparán los dientes definitivos, si se pierde un diente de leche de forma prematura a consecuencia de una caries no tratada, además del consiguiente riesgo de infección y dolor, al no mantener el espacio, éste se ira cerrando y nos encontraremos con problemas futuros durante la erupción de los dientes definitivos por falta de espacio para los mismos.
El niño empezará a perder los dientes de leche aproximadamente a los seis años. El proceso de sustitución de estos por los definitivos puede durar hasta los 12 ó 13 años de edad y se acompañará de la erupción de los primeros y segundos molares definitivos que no sustituyen a ningún diente de leche sino que saldrán detrás de los últimos molares de leche. Cuando aparezcan las muelas del juicio, en torno a los 18 años, nos encontraremos con una dentadura completa de 32 dientes definitivos.
Dado que el proceso de sustitución de dientes de leche por los definitivos es gradual, mantener la limpieza de todos los dientes es fundamental, ya que el niño tendrá piezas permanentes de mayor tamaño creciendo junto a dientes de leche más pequeños y estas irregularidades dejan numerosos huecos en los que puede acumularse la comida y la placa bacteriana, que es una de las principales causas de aparición de caries dental y enfermedad gingival.
De todos los grupos de edad, el de los niños es el de mayor riesgo de presentar caries, ya que tienden a comer con más frecuencia, es mayor el consumo de dulces y aún no son expertos en el cepillado dental.
Es importante enseñar a los niños a reducir la ingesta de dulces y bebidas azucaradas reservándolos para momentos puntuales y sustituirlos en el día a día por otro tipo de alimentos, como pan y fruta.
Los niños deben utilizar un cepillo de filamentos suaves específicos para ellos y usar pasta con flúor. La cantidad que debemos poner de esta última es la del tamaño de un guisante. Debemos cambiar el cepillo cada tres meses. No deje que los niños compartan sus cepillos, cada uno debe tener el suyo.
A los tres o cuatro años su hijo deberá ser capaz de limpiarse por sí mismo, por supuesto con su ayuda; empiece por enseñarle una técnica sencilla realizando un movimiento de cepillado circular; el cepillarse los dientes juntos es un buen ejemplo, ya que el niño aprende cuando le mira y le imitará; enséñele a cepillar los dientes como mínimo dos veces al día, por la mañana y antes de ir a la cama, dedicando dos minutos al cepillado.
Es importante dedicar especial atención a la superficies de las muelas donde se desarrollan primero las caries, ya que en los surcos que presentan son zonas donde quedan restos de alimentos. Enseñe al niño a enjuagarse los restos de pasta que hayan quedado después del cepillado.
Es muy importante que la primera visita al Odontólogo se lleve a cabo cuando haya completado la erupción de los 20 dientes de leche, el Odontólogo examinará los dientes, encías y maxilares del niño para comprobar la eventual existencia de indicios de algún problema y para enseñarle el modo correcto de limpiar y cuidar los dientes. Además le informará sobre el desarrollo y evolución de la dentición de su hijo.
Si le enseña correctamente desde un principio, estará sentando las bases de una higiene oral adecuada para toda la vida.